En las personas en situación de dependencia están presentes con mucha más frecuencia de lo que desearíamos un conjunto de afecciones llamadas enfermedades metabólicas. Este grupo de enfermedades, puede causar ya en sí mismas la situación de dependencia, pero no es lo más habitual, ya que es frecuente que éstas se produzcan de manera secundaria a esta situación de discapacidad. En general, las enfermedades metabólicas se producen como consecuencia de llevar unos hábitos de vida poco saludables, que con la situación de dependencia se suelen descuidar, nos referimos a la alimentación, al ejercicio físico, a los hábitos de sueño, al cuidado emocional… aunque todos estos aspectos también pueden estar descuidados en cualquier persona, sea o no portadora de discapacidad, o incluso en nosotros mismos.
El síndrome metabólico consiste en la presencia de un conjunto de trastornos que aumentan el riesgo de enfermedad cardíaca, diabetes tipo 2 y accidente cerebrovascular. Entre estos factores de riesgo, podemos destacar:
- Obesidad abdominal, también conocida como el cuerpo con “forma de manzana o pera”. La acumulación de grasa en el abdomen está relacionada con la aparición de patologías cardíacas. Niveles altos de triglicéridos en sangre.
- Niveles bajos de HDL, o lipoproteínas de alta densidad, conocidas como ‘’ colesterol bueno’’, que ayudan a reducir el nivel de ‘’colesterol malo’’ o LDL (lipoproteínas de baja densidad).
- Presión arterial alta (hipertensión)
- Hiperglucemia, es decir, nivel alto de azúcar, que puede ser indicativo de un inicio de diabetes.
- Niveles altos de estrés
- Estilo de vida sedentaria
Presentar uno de estos factores no implica padecer síndrome metabólico, pero sí un mayor riesgo de enfermedad grave. Cuantos más factores se presenten, mayor será el riesgo de enfermedad cardíaca, diabetes y accidente cerebrovascular.
Isabel Tarifa (Trabajadora Social de Atencis)