Los alimentos que consumimos deben ser seguros desde un punto de vista físico – químico y microbiológico, es decir, no pueden ser un vehículo de transmisión de sustancias tóxicas o patógenos. Existe legislación que obliga a la industria alimentaria a disponer de controles eficaces para garantizar la inocuidad del producto que llega al consumidor, aunque la mayoría de las intoxicaciones alimentarias se produce en nuestras casas por una incorrecta manipulación o almacenamiento de los alimentos. Para garantizar una adecuada manipulación, debemos seguir unas pautas básicas:
1. En primer lugar, es importante mantener una cocina limpia y ordenada. Debemos limpiar apropiadamente toda la cocina, especialmente aquellos utensilios o superficies que contacten con alimentos.
También es importante ordenarla correctamente, marcando una clara separación entre los lugares donde guardaremos productos de limpieza y aquellos donde estarán los alimentos, evitando siempre su contacto. Es importante también ordenar los alimentos basándonos en su fecha de consumo preferente, disponiendo aquellos con fechas más duraderas al fondo de armarios o la despensa y aquellos con fechas más próximas al principio, para ser los primeros en consumir.
En el frigorífico es importante disponer de diferentes compartimentos para distintos productos: vegetales por un lado, carnes y pescados crudos en otro y productos ya elaborados o preparados, por otro: es importante evitar el contacto de productos crudos con productos ya elaborados o que se consuman en crudo, para impedir contaminaciones cruzadas, es decir, que microorganismos que existen en los primeros pasen a los segundos.
Importante también no sobrecargar el frigorífico y el congelador para que en todos los alimentos se alcance la temperatura idónea.
Otra recomendación es escribir con rotulador indeleble la fecha en que abrimos productos envasados, sobre el propio envase, (conservas, latas, etc.) para respetar el tiempo en que deben ser consumidos. Por ejemplo, si abrimos una conserva que debe ser consumida en un plazo de tres días tras su apertura y tenemos anotada la fecha, nos aseguramos de que no vamos a ingerirla en un plazo superior
2. Importante una correcta higiene de manos antes, durante y después de la manipulación de alimentos.
3. Descongelar alimentos apropiadamente. Es típico en casi todos los hogares depositar el producto congelado sobre la encimera para dejar que descongele a temperatura ambiente, erróneamente. Si pasamos de un ambiente en torno a unos veinte grados bajo cero como es el congelador a otro que está en torno a los veinte grados de media (más incluso en verano), estamos creando unas condiciones idóneas para el crecimiento bacteriano. Para evitar este crecimiento, se recomienda descongelar el producto pasándolo del congelador al frigorífico, así la diferencia térmica es menor. También es seguro descongelar usando el microondas o bajo un chorro de agua fría del grifo.
4. Ajustar las temperaturas de almacenamiento. Lo ideal es mantener el frigorífico a una temperatura no superior a 4 °C y el congelador, a una no superior a -20 °C.
5. Evitar contaminaciones cruzadas, es decir, evitar la transferencia de microorganismos desde un producto crudo a otro ya elaborado o que no se cocinará. Para ello debemos manipular los alimentos crudos por un lado y los demás, por otro, limpiando apropiadamente todos los utensilios o superficies que hayan entrado en contacto con el alimento crudo y no utilizándolos para manipular los ya elaborados o aquellos que se consuman en crudo.
6. Los alimentos que cocinemos y no vayan a ser consumidos inmediatamente deben ser refrigerados o congelados en un plazo máximo de una o dos horas para evitar la proliferación de microorganismos.
7. Se recomienda refrigerar o congelar los alimentos almacenándolos en recipientes pequeños para garantizar que se alcanza la temperatura apropiada en todo el conjunto del producto.
8. Los productos refrigerados o congelados que se recalienten o descongelen no pueden volver a ser refrigerados o congelados de nuevo.
Siguiendo estas pautas básicas, estaremos minimizando el riesgo de aparición de intoxicaciones alimentarias.